El recepcionista debe poseer las siguientes cualidades básicas para desempeñar su puesto.

• Vocación de servir. Debe gustarle su trabajo, tratar al huésped y hacerlo sentir como si estuviera en su propia casa, y buscar satisfacer sus necesidades en la medida de las posibilidades del hotel.

• Buenos modales. Debe mostrar buenos modales tanto en el trato personal como en el telefónico, o en cualquier otra forma de comunicación. Debe conocer las reglas de protocolo, que le facilitarán su relación con los huéspedes.

• Buen administrador de su trabajo. Todas las funciones del proceso administrativo: planificar, organizar, dirigir y controlar, deben estar presentes en el desempeño de este puesto tan importante.

• Sentido común y adaptabilidad. El recepcionista del hotel tratará con infinidad de huéspedes de distinta procedencia, con diferentes gustos y costumbres, que le solicitarán sus servicios de diversas maneras, así que como profesional, debe actuar siempre analizando las situaciones y tomando el camino correcto para la empresa en la cual desempeña sus tareas.

• Simpatía y cortesía. Debe moderar sus emociones y sentido del humor, tratando de lograr siempre un trato agradable; la simpatía y la cortesía deben reflejar el deseo de servir, deben ser cualidades innatas, no fabricadas al momento.

Diplomacia. Debe adaptarse como buen profesional a todo tipo de solicitudes y de quejas, dándoles el interés debido y actuando con seguridad en sí mismo, lo cual le ayudará a resolver hasta las situaciones más difíciles.

Responsable y Honesto. Ambas cualidades son esenciales para el desempeño de cualquier empleado. Debe querer su trabajo, ser leal a él, buscar siempre el logro de un gran trabajo de equipo, y tomar conciencia de la gran confianza que se deposita en su persona por lo que debe estar seguro de su comportamiento y elegir siempre el camino correcto, que le abrirá las puertas del progreso personal y profesional.